viernes, 5 de febrero de 2010

Un barco que fabrica nubes.


Grandes, pequeñas, alargadas o gordas como pompones de algodón, las nubes tienen la capacidad de rebotar parte de la energía que reciben del sol -entre 1% y 2%- hacia el espacio.

Mediante este proceso, las nubes que se encuentran cerca de la superficie del mar frenan parte de la luz solar que, de otro modo, calentaría las aguas del océano.

Si pudiesen reflejar un poco más del calor que reciben, la temperatura de las aguas se calentaría aún menos.

Esta premisa es la que tomaron como punto de partida los científicos británicos Stephen Salter y John Latham, que investigaron una nueva tecnología que, en opinión de ambos, "podría resolver el problema del calentamiento global".

La idea consiste en amplificar la cantidad de luz solar que reflejan las capas superiores de las nubes bajas, que cubren cerca de la cuarta parte de la superficie oceánica, para evitar que se calienten las aguas de los mares.

Para ello, los expertos diseñaron un barco controlado por satélite que no requiere tripulación e impulsado por energía eólica, que despide por sus chimeneas gotas de agua que absorbe del mar, para aumentar la densidad de las nubes.

Cargadas con más gotas de agua, las nubes aumentarían su poder de refracción de tal manera que "se podría contrarrestar el efecto de las emisiones de dióxido de carbono", le explicó Salter a BBC Mundo.

"Para revertir el daño causado por las emisiones", agrega, "se necesitan lanzar en todo el mundo y de forma constante entre 8 y 9 metros cúbicos de gotas de agua por segundo".

Salter calcula que en la actualidad haría falta poner en circulación por los océanos del mundo unos 300 barcos. A US$1.600 millones por unidad, el costo total de la empresa estaría por debajo de los U$500.000 millones.

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