El Johnson Space Center de la NASA afirma que podría poner un robot humanoide en la Luna en menos de 1.000 días. Y se controlaría desde la Tierra mediante “telepresencia”. Las ventajas son claras: sin necesidad de sistemas de mantenimiento vital, la nave se acabaría antes y sería mucho más barata. Además, con la telepresencia el robot podría ser controlado directamente por científicos que saben lo que se hacen mejor que un astronauta, con todo el respeto. Pero mejor todavía es ese plazo de 1.000 días; menos de tres años en la carrera espacial no es nada.
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