Cuando digo que la tecnología aeronáutica actual es cosa del siglo XIX y que los aeropuertos son una auténtica tomadura de pelo, es porque conozco la historia de Ralph Ring, discípulo de Otis Carr, a su vez, heredero del legado de Nicola Tesla por vía directa. Hace ya más de 40 años que Carr y Ring construyeron un platillo volante que se eleva verticalmente utilizando la resonancia y la energía punto cero.
Lo novedoso es que esto aparezca en el Canal Historia. Ring es la mejor transmisión -viva- de las teorías e inventos del genial Nicola Tesla.
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